Una tradición mexicana en época decembrina es realizar posadas. Hay fiesta y por tanto también hay posada. Sin embargo en la zona sur de la Ciudad de México, antes Distrito Federal, específicamente en la alcaldía Xochimilco, las posadas se realizan para celebrar a las distintas caras o avatares del niño Jesús.
La festividad comprende todo el día. Así que si deseas vivir la experiencia completa, real y no fake debes invertir al menos 12 horas de tu tiempo para poder afirmar que has ido a una posada.
La celebración empieza en la mañana con un desayuno que puede ir de lo muy simple como un tamal y atole hasta una comida de pollo con mole y arroz. Esta comida y todo lo que se ofrece de forma gratuita a los asistentes es por cuenta de los mayordomos o anfitriones de la posada quienes ese día reciben en su hogar a una de las imágenes del niño Jesús – Niñopan, Niño de Belem y Niño Dormidito, entre otros – para realizarle una fiesta. Cómo es una imagen universal, del pueblo, el acceso para ver al Niño es libre y gratis por lo que no faltan gorrones y tragones a estás fiestas. Ya en la tarde da un paseo donde además de estar amenizado el trayecto con musica en vivo y cuetes también se aprecia el gusto de los automovilistas, unos con pitidos, otros con acelerones y unos pocos con mentadas de madre, puesto que para desplazarse se cierran vialidades.
Ya en la noche se devuelve el niño a la iglesia y con ello surge lo que la mayoría conoce como posada. Al finalizar la misa se realiza la letanía para pedir posada culminando con la entrada del niño a la iglesia. A la salida del recinto los anfitriones ofrecen aguinaldos (bolsa que contiene cacahuates, tecojotes, caña y colación tradicionalmente) con lo cual se da por terminada la fiesta.
Si consideramos que son nueve posadas podemos deducir que para muchas personas esos nueve días es un ahorro en sus carteras y para las personas devotas es la forma de reafirmar su fe.





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