Disney es el gran capitalista del entretenimiento, y seguro en otras ramas, tal es así que since algo que funciona poco después lo compra e intenta replicar la fórmula. Su error es que es una empresa sin talento, sin propósito más allá del entretenimiento y que sigue valores morales tan estúpidos como la sociedad americana a la que dirige sus productos.
Daredevil sufrió este estigma-castigo. Para quienes vimos todas las series de Netflix de Marvel sabemos con qué grado de violencia, cinematográfica y coreografías nació está serie. También vimos como fue deslavandose por la influencia de Disney sobre Marvel y estos últimos sobre Netflix. Sin embargo, Daredevil de Netflix es memorable, es ver a este mini Batman peleando contra mafiosos, contra ninjas aún cuando siempre estaba en desventaja el conseguía triunfar.
Born again nos trae una violencia mesurada, coreografías menos atractivas y novedosas que las que hubo en Netflix y una cinematografía más limpia y clara de lo que hubo antes. Es claro que al renacer, como indica el título, todos estos elementos son nuevos y diferentes. No obstante es de resaltar que estos elementos fueron los que la hicieron en su tiempo triunfar y sobresalir de Jessica Jones o Luke Cage.
El acierto evidente y lógico que tomó Disney fue retomar al equipo de Netflix para rehacer la serie y darle una continuidad. Así que todo lo que sucedió en Netflix si ocurrió y es obligatorio ver la serie aunque está serie es un punto y aparte y el público puede comprender la serie sin haber visto los eventos anteriores. Para el público leal hay varios guiños a esa serie aunque es raro que después del evento de Defensores Matt no menciona nada de la Mano, Elektra y la gran amenaza que se forjaba en el subsuelo de Nueva York. Es como si el pasado hubiera sido un mal sueño.
La trama entonces se enfoca en Matt(Charlie Cox) y sus dilemas morales entre ser justiciero (vigilante) o un abogado común y ajeno a las injusticias de la calle. Por lo tanto los eventos de la serie van más allá de la acción de una serie de superhéroes y se enfocan en estos elementos que justifican este nuevo ambiente de la serie.
Ya mencione que se trajeron al equipo de Daredevil pero tanto Karen (Deborah Ann Woll) como Frank Castle (Jon Bernthal) son el apoyo más grande del diablillo. Karen es más un personaje de reparto y Punisher aunque aparece en tres episodios, sufre del mismo mal que el Diablo de Hell’s Kitchen, un nerfeo. Es menos resistente, menos letal (es quien más mata en la serie) y podemos decir que hasta el más predecible. Kingpin (Vincent D’Onofrio) ahora nos muestra la parte política de Wilson Fisk. En el final de temporada da un brinco a lo surreal al desencajar el rostro del comisionado de Nueva York. No estuvo mal pero mostrar su ira y fuerza se pudo haber mostrado de una manera más realista y acorde al nuevo tono de la serie.
La banda sonora es muy buena siendo el pináculo el penúltimo capítulo de la serie. Se optó por emplear jazz y R&B como la música base de la serie aún cuando Matt no es del barrio ni tampoco es afroamericano.
En conclusión, Daredevil Born Again es una mala copia del trabajo de Netflix. Sirve para traer de vuelta a este vigilante y puede que traiga consigo a más Marvel Knights sin embargo el tono único que manejo la gran N con este personaje está disuelto en lo políticamente correcto y la cultura Woke que tanto impulsa Disney. La recomiendo mucho más verla antes de ver la serie de Netflix.






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