De las adaptaciones de videojuegos al séptimo arte llega algo que hace unos años cualquiera hubiera pensado que sería una tontería pero hoy se confirma que era cierto.
La trama nos narra como Steve (Jack Black), el personaje inicial del juego, deseoso desde pequeño por ser minero, ya de adulto entra en una mina y excavando encuentra un teseracto y una funda para teseracto que al combinarlos crea un portal a un universo alterno, el mundo de Minecraft. Allí se dedica como todo jugador a construir y a crear combinando cosas, esto lo lleva al Inframundo ocasionado que la malvada hechicera Malgosha quiera ir a la superficie para obtener más riquezas. Al capturar a Steve, este separa y envía a través de su lobo Dennis el teseracto a nuestra realidad para evitar que ella pueda conseguir su meta. El tiempo pasó y el personaje de Jason Momoa (Garret) encuentra el teseracto en una subasta. No es hasta que un muchacho que visita su tienda junta nuevamente el orbe ocasionando que los portales y la magia se reactiven. La lucha por liberar a Steve y que este se reúna con Dennis culmina con la confrontación de los puerquitos del infierno, súbditos de Malgosha, con los nuevos amigos de Steve. Al final, todos regresan a esta realidad y cuidan y conservan el orbe para uso personal.
Los efectos son estándar. Seguramente verán expertos en diseño en redes sociales que dirán que hacer un cubo peludo y a contraluz es algo único y especial pero la realidad es que el universo de Minecraft se pudo hacer mejor sin emplear actores reales en su desarrollo. Visualmente este mundo no es más atractivo que lo visto en Narnia, La Brújula Dorada o los paisajes de Harry Potter.
Las actuaciones son tan típicas de cada actor que no merece mi tiempo ni tu tiempo de lectura el detallarlas. Jack Black interpreta a Jack Black. Alguien creyó que Jack, un adulto barbón y con sobrepeso sería una imagen muy atractiva para los niños rata que juegan Minecraft. Danielle Brooks la veo siempre haciendo los mismo gestos y expresiones que en Peacemaker. Emma Myers se va consolidando y definiendo su perfil sin embargo su personaje solo es de reparto. Y Jason Momoa haciendo de Aquaman fuera del mar también es común y sin ninguna relevancia.
La banda sonora no aporta gran cosa si consideramos que algunas canciones son originales de Jack Black además de que tienen un tinte de rock o glam rock que es lo que escucha el personaje de Garret no hay algo que sea icónico y memorable.
En conclusión, Una película de Minecraft es una película que muy posiblemente disfrute el público menor de 20 años. El resto, conocedores de Minecraft y del cine en general percibirán está película como un churro cúbico sin trascendencia que mezcla humor simple con aventura y fantasía en una trama común. La recomiendo solo para el público antes mencionado.






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