La tercera temporada de Reacher me deja un sabor agridulce en la boca.
Lo que aprecio es que está historia ya no hace referencia a su aventura en la primera temporada y solo Neagley regresa pero en carácter de apoyo, no como un personaje regular. Es bueno y lógico que una persona sea todopoderosa y pueda cargarse a una organización delictiva. El que Reacher pida ayuda para algunas tareas hace al personaje más humano y a la serie más creíble. Al no retomar a viejos aliados Reacher, como en su primera temporada, debe resolver problemas e ingeniárselas para lograr sus objetivos. Esto hace que la dinámica sea fluida y haya pocos momentos de descanso,tanto para el protagonista como para el público. El agregar a un titán como Pauli humaniza aún más a nuestro héroe pues es un antagónico que posee características similares a nuestro protagonista y que viene a ser el segundo villano de la temporada.
Lo malo siento que es la falta de un mejor coreógrafo para las escenas de acción. No está mal pero la pelea de los titanes pudo haber lucido más si hubieran contratado al coreógrafo de John Wick. También, muy usual en el género de acción y disparos es, aún a pesar de las libertades y derechos de la mujer, los desnudos femeninos o escenas de cama que en esta temporada fueron eliminadas. No son parte medular de la historia pero atraen al público masculino, que es quien disfruta en mayor parte este género, y crean la atmósfera de una película tipo B (violencia, drogas, rock y sexo).
En conclusión, la tercera temporada de Reacher mejora el ritmo con respecto a la temporada anterior. Conserva la característica de que los eventos que ocurren no guardan relación con los eventos del pasado lo cual permite ver las temporadas sin orden definido y al mismo tiempo continúan siendo lógicas y consistentes. Por lo anterior está serie sigue siendo una gran opción de entretenimiento para jóvenes y adultos.






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