Y érase una vez una compañía que inició con dibujitos animados basados en cuentos europeos de antaño y que actualmente retoma esas viejas historias pero con actores reales y buscando hincarle el diente a la nostalgia.
La historia no puede cambiar completamente pues es un cuento clásico de los hermanos Grimm; al menos la versión de Disney pues existen distintas versiones de ese cuento. La narrativa visual y lírica intenta asemejar a la animación de 1937. Sin embargo estamos en otro tiempo y esas expresiones dramáticas a las que hacían uso en el pasado como acercamientos muy marcados, expresiones exageradas y elementos surreales como el empleado en el bosque son cosas que ya no funcionan.
Las actuaciones al seguir el canon de la animación son simples y acartonadas. Gal Gadot y Rachel Zegler no son, ni serán actrices de un Oscar, pero al menos conocen el proceso de realización de una película. Son idóneas para las tomas de antaño y la sobreactuación pero carecen de la experiencia y el talento para manejar matices y transmitir las emociones al público. Puedo decir que la animación tiene mejor interpretación escénica que las antes mencionadas y eso que hablamos de un dibujo.
Los efectos visuales están en la norma de lo que maneja Disney aunque después de ver Mufasa es algo raro ver animales y enanos ser animados de manera realista pero deformados para dar una impresión de animación.
En conclusión, Blanca Nieves es una película que viene a reafirmar la falta de ideas de Disney y de Hollywood en general. No aporta nada nuevo ni en actuación ni en cinematografía. Yo espero que esté fracaso motive a Disney a crear nuevos productos para la nueva generación y que las licencias que va perdiendo debido a la propiedad intelectual de los cuentos le permita a otros cineastas recrear esas historias de otra manera como el Winnie Poo asesino. En la escala láctea de aburrimiento mágico está película se ubica en el 5.






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