Melodrama con actrices maduras dirigido a un público de mediana edad y para aquellas personas que se plantean como morir a cierta edad o, como lo plantea la película, cuando hay una enfermedad terminal.

La trama nos plantea el caso de dos amigas, aparentemente ambas viviendo solitarias donde una de ellas, Martha, está enferma de un cáncer terminal. Ingrid, su leal amiga tiene un libro en venta que trata acerca de su miedo a la muerte y es a ella a quien acude Martha para pedirle un simple favor. Estar con ella mientras se suicida con una pastilla. La tensión y el miedo surgen mientras las amigas conviven estos últimos días. Cuando Martha efectúa el acto, Ingrid no se encuentra en casa. Finalmente y después de ser interrogada por la policía se encuentra en casa con la hija de Martha. Platican un poco y cada una tiene en mente a la finada Martha.

Ambas actuaciones son buenas sin embargo el tema que trata la cinta y como desarrolla el tema es poco eficiente pues, tanto los argumentos de Martha como los temores y el hecho de sobreponerse a sus temores de Ingrid no invitan a una reflexión cono el considerar legalizar la eutanasia, que a los enfermos terminales se les ayude a morir en vez de prolongar su dolor, que además de compasión por una persona enferma sientas empatía por esa persona. Siento que faltó llevarla a algo más. El poner al final a la hija y fuera la misma Tilda que la interpretara para dar un mensaje positivo como el que Martha sigue viviendo en su hija no da mayor sustento a la historia.

En conclusión, La puerta de al lado es un drama típico donde las emociones relacionadas a la muerte son bien interpretadas y ambientadas. No te quitará el sueño pero tampoco es un completo desperdicio. Recomendada para el público melodramático.

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