Esta película documental aunque se enfoca en Cristopher Reeve no cuenta su vida tal cual. Es decir, no nos cuenta dónde nació, cómo se comportaba de niño, su interacción con los vecinos, que tipo de estudiante fue, sus primeros amores, etc. Nos cuenta la historia desde que interpretó al hombre de acero: Superman.

Así entonces, su vida como Superman y estrella de la farándula es analizada tanto como su vida personal. El cambio de ser un actor shakespeariano a una estrella de Hollywood. De una pareja y 2 hijos a una esposa y otro vástago. El paso de ser una idea, un símbolo de deidad a ser el más humano que pudo ser. Podemos conocer su pensar e imaginar su sentir en el momento, casi 10 años, en que perdió su independencia, su fortaleza y autonomía por una jugarreta de la vida, ¿una prueba? Solo el lo sabe.

La prueba y huella de existencia queda grabado en el celuloide con sus películas, en sus hijos y en las personas que fueron ayudadas por su fundación, la cuál nunca hubiera existido si él no hubiera sufrido la lesión que lo postró e impulso a buscar apoyos para personas en su condición.

Es un documental emotivo, que obviamente te plantea una imagen de un hombre modelo con gran potencial que ve truncado su camino gracias a los caprichos del destino. Sin embargo resalta el hecho de porque aún ahora Reeve sigue siendo considerado Superman.