Admiro a la clase política. Ya sea que hayas estudiado una licenciatura en leyes, administración, botánica, etc., no importa pues al momento de desempeñarse hacen lo mismo.

Lo que admiro es esa capacidad para robar y mentir casi todo el tiempo y a la vez dentro de su marco familiar fomentar valores que en la práctica ignoran. Es decir, fomentan la mentira de la honestidad o son tan honestos que les enseñan a sus crías el arte de la mentira.

Para mi forma de ser y los valores que se me enseñaron sería muy difícil contradecirme en ambos lados. Y por eso, quien lo hace, el político, es admirable.