La primavera por convención mundial representa el momento en que la carencia que provocó el frío del invierno termina y flores y vegetación florecen para dar paso a nueva vida. Eso implica que desaparece el frío y llega el calor. En la Ciudad de México ese calor es intenso las primeras tres semanas para luego intercalar lluvias que moderan ese calor. Sin embargo este año el calor fue duro, temperaturas que sobrepasaban los 25 grados y que en algunas partes llegó a los 30. Temperaturas que no se acostumbran en esta zona. Por si fuera poco no hubo lluvias desde finales de marzo, que es cuando inicia la primavera, hasta mediados de junio. Casi toda la primavera estuvo sin llover. Las fuentes de agua se agotaron y se habló fuera de fuentes oficiales que la Ciudad de México tendría una crisis hídrica pues no hay fuentes suficientes de agua que la suministren. Hace una semana empezó a llover y parece ser que el fantasma de una guerra civil del agua se va difuminando. El problema será para el siguiente gobierno y para el siguiente año. Las soluciones son pocas pero dificiles de implementar correctamente. Se debe dar mantenimiento al sistema hidráulico de la ciudad y reemplazar tubos de cemento o cobre por algún material flexible y anticorrosivo para prolongar la vida de la infraestructura. Obviamente requiere un costo alto que ningún político está dispuesto a realizar. Seguramente alguna campaña como los tinacos que se regalan para tiempo de lluvias será suficiente para tapar el sol con un dedo. Sin embargo el asunto de la perdida de agua en la ciudad es grave pues de no corregirse ahora y considerando que el cambio climático va de mal a peor nos da a entender que las temporadas secas se incrementarán y debido al consumo de las ciudades las fuentes de agua no se pueden recuperar tan rápido como se necesita. Por tanto el próximo año podría llegar ese Día Cero, el cual lastimosamente primero afectará a alcaldías como Iztapalapa o Iztacalco, donde el suministro de agua ya es deficiente y dónde cada vez que se habla de agua parece más que se habla de un mito, de un símbolo que de un elemento universal, vital y gratuito.

Deja un comentario

Tendencias