Para nadie es extraño que los personajes de historietas o cuentos sufran algunas transformaciones, tanto en personalidad como respecto a su universo-mitología, cuando son transportados al universo del cine. Sin embargo quienes sufren un poco más en dicha conversión son los personajes basados en juguetes. Esto debido a que la personalidad del personaje está definida por su apariencia, que luego obtiene un poco más de profundidad con historietas, novelas o caricaturas. Por tanto estas películas no logran acumular ganancias estratosféricas y terminan siendo churros de culto hasta el surgimiento de un reboot con más y mejor producción. En el caso de la franquicia Transformers los personajes tuvieron que pelear tanto con la crítica de cine como con los mismos fans de las animaciones debido a factores como un guion flojo, un casting lleno de puro actor de reparto y un diseño de los robots demasiado “realista” pero alejado de la estética de los juguetes.

Michael Bay quiso redimirse en esta tercer parte haciendo lo que no hizo en la parte dos principalmente; emplear una narrativa seria que equilibre las secuencias de acción de los Transformers con las situaciones que viven los personajes humanos. Por tanto la cinta no resulta confusa como la segunda, la cual está saturada de secuencias de acción y un guion pobre. La trama se aparta de los acontecimientos de las dos anteriores para explicar un poco el origen de los Autobots y Decepticons. Sin embargo la película presenta dos picos de aburrimiento o pasividad. El primero es la larga, muy larga introducción de la exploración lunar y todo ese rollo para explicar el título de la película. El otro pico se encuentra en la parte final pues los problemas se resuelven raudamente (muy al estilo de las telenovelas mexicanas) y son muchas veces más a causa de la mística suerte en vez de la inteligencia o la pericia de los personajes. El resto de la cinta, lleva un ritmo bueno que combina bien la acción de los Transformers con el drama de los personajes humanos. Si acaso la dosis de chascarrillos está un poco sobre empleada y llega un punto que personajes como Simmons, que en un principio poseían cierto grado de respeto terminan siendo bufones.

Los efectos digitales no ofrecen nada impresionante a la vista aunque es posible que la oruga gigante pudiera tener más vistosidad en pantallas 3D. Las actuaciones se mantienen coherentes con las vistas en previas entregas, así como el elenco. Shia Labeouf como Sam Witwicky hace lo mismo que en las previas entregas. No empeora… más, aunque tampoco hay mejoras en su interpretación. John Tuturro como el Agente Simmons nuevamente es relegado a un plano cómico. No está mal aunque hubiera sido interesante verlo en una función más seria en la historia. John Malkovich como el excéntrico Bruce Brazos tampoco ofrece algo trascendente o digno de un actor de su calibre. Patrick Dempsey como el millonario Dylan tampoco ofrece alguna novedad, pareciera más bien una reinterpretación de su personaje de Gray con un toque de maldad. Rosie Huntington-Whiteley como Carly Spencer ha sido duramente criticada por la “crítica especializada” y ha sido su interpretación calificada como el ancla que sume a esta tercera parte en las aguas de la mediocridad y los churros palomeros. Lo cierto es que no la chica no es actriz ni tiene la habilidad innata para poder desempeñar dicha labor de una forma eficiente pero, tampoco su actuación es inferior a lo hecho por Megan Fox en los dos anteriores capítulos de la saga. Su función en la cinta es ser la damisela en desgracia, bonita pero con coraje, inútil pero valiente, trompuda como pato pero fiera como leona porque es mujer… Su interpretación no es merecedora de un Oscar pero tampoco es lo peor de lo que va en el año.

En conclusión, Transformers: El lado oscuro de la luna es una buena película de acción-fantasía, que como toda película de este género posee muchas inconsistencias pero si descartamos todos esos elementos la cinta resulta en una entretenida experiencia para un fin de semana. En la escala láctea de robots y super robots llevados a la pantalla grande esta cinta recibe una evaluación relativa de 8. En castellano esto se puede entender como: “Es tan palomera que dudo decepcione a alguien. Si aún te encuentras dudoso es ampliamente recomendable que la vea primero en tu puesto pirata favorito”.

T3

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