Va finalizando el año y los estudios van liberando poco a poco sus mejores cartas fílmicas. En esta ocasión me toca comentarles acerca de la última película del director que nos trajo 300 y Watchmen, Zack Snyder. A simple vista y como es obvio, al menos en la cultura mexicana de la enchilada y la telenovela, el leer es una actividad realizada por pocas personas y cuando lo hacen suelen leer material mediocre y simple (novelas gringas); dentro de este contexto se encuentra la saga de libros de Los Guardianes de Ga’Hoole, una serie poco difundida en comparación al maguito más famoso del mundo actual (no, no me refiero a Ary Sandy o Sonrics), cuya particularidad recae en que los protagonistas son aves de rapiña y no humanos.

La trama nos cuenta la historia de Soren, una pequeña lechuza quien junto con su hermano Kludd son secuestrados por una banda de búhos malvados llamados los Puros. Los problemas de Soren comienzan desde el momento en que se rehusa a someterse a la voluntad de los Puros y junto con Gylfie son seleccionados para ser recolectores. Esto implicaba someterlos ante un ritual donde los búhos perdían la voluntad y conciencia. Después de escapar de sus perseguidores el dúo de búhos buscan refugio en el bosque y conocen a un par de Búhos, Digger y Twilight, quienes habían capturado a la niñera de Soren, la Señora Plithvier (una serpiente), para la cena. Después de escuchar la historia de Soren, todos deciden salir en busca del refugio de los Guardianes de Ga’Hoole. Llegando a la costa conocen a un puercoespín quien les menciona que la guarida mar adentro. Inmersos en una tormenta de hielo Soren y compañía son rescatados por los Guardianes. Ya dentro de palacio Soren explica la razón de su travesía e insta a los Guardianes a investigar a los Puros. Por lo tanto es enviado el líder del escuadrón de búsqueda y rescate, Allomere quien en compañía de dos soldados se lanza a la búsqueda del escondite de los Puros. Mientras tanto Soren y su equipo practican las distintas disciplinas de los Guardianes. Poco después Allomere regresa solamente con dos sobrevivientes, entre ellos la hermana de Soren, Eglantine. Esto convence al Rey de enviar un ataque inmediato al escondite de los Puros aunque esto ya estaba planeado por los Puros quienes dentro de las filas de los Guardianes contaban con un traidor. Soren al enterarse que Eglantine había sido entregada por Kludd a Allomere deduce que los Guardianes han sido llevados a una trampa por lo que junto con su banda se lanza a darles alcance y prevenirlos. Sin embargo llega tarde pues las fuerzas de los Guardianes han sido sometidas a las fuerzas mágicas que despiden las pepitas y que afectan a todo ser que posea molleja. Y al ver que los puros lanzan un ataque de murciélagos sobre las fuerzas diezmadas decide realizar una maniobra arriesgada para cerrar los contenedores de las pepitas, lo cual culmina en éxito. La batalla final entre ambos bandos es inevitable. Los hermanos Soren y Kludd se enfrentan en el bosque en llamas donde se aprecia la dudosa muerte de Kludd. Mientras tanto la batalla entre Metalbeak, Nyra y Ezylryb se torna complicada. Soren interviene justo en el momento en que Metalbeak se disponía a eliminar a Ezylryb y ambos entran en batalla. Al final Soren gana debido a que Metalbeak se confía y se lanza directamente a Soren. Al caer Metalbeak Nyra huye con lo que queda de los Puros. Al final Soren se vuelve leyenda entre los pichones de Buho y consigue su sueño, ser un Guardián de Ga’Hoole.

La historia no es nada excepcional sin embargo la fotografía, el diseño, los efectos digitales así como los elementos físicos son muy buenos. La textura de las plumas al vuelo, bajo lluvia, reflejando la luz de distintas fuentes (luna, sol, fuego) así como elementos como agua, aguanieve y fuego son dignas de alabanza. La música de fondo se me hizo muy desazonada y poco armónica con el tono visual de la cinta.

En conclusión, Los Guardianes de Ga’Hoole son una película visualmente imperdible. Zack Snyder se consolida como un director de género fantástico que emplea un gran diseño grafico en sus películas. El ritmo de la película es bueno y en ningún momento se vuelve tediosa o rompe con las secuencias. Su punto flaco es la historia pero si uno llega a ver películas tan malas como los Indestructibles seguramente este punto es irrelevante. Por lo tanto en la escala láctea recibe una evaluación de 8. Esto en castellano se traduce como: “Lo único que impido que obtuviera la máxima calificación fue la historia tan floja y que no hayan aparecido los Búhos de Sanborns.”