El eslogan de esta película decía algo como nadie es lo que aparenta o dice ser. La verdad esa frase le quedo muy grande al guion para lo que abarco. No sé si sea una mala dirección o el elenco pero simplemente desde el inicio es predecible el desenlace. Aunque eso no es malo pues de Hollywood esto ya es característico. Más bien es el inter, el cómo se desarrollan los personajes y las situaciones las que dejan mucho que desear. Primero vemos a Salt rescatada del gobierno de Corea del Norte mediante un intercambio de presos políticos. En este punto se intenta plantar la idea de que Salt no es un espía y por la aparente resistencia a la tortura podría imaginarse una mente débil que así es. Sin embargo luego de que llega Orlov y denuncia a Salt como espía ruso y ella decide huir las cosas pintan a un embrollo, huecos en la trama y un juego de escenas que ahora te intentan convencer que Salt es algo mucho más cabrón que el mismo Bond o Bourne. Finalmente la doble agente termina demostrando un patriotismo puro e incondicional hacia el gobierno gringo y traiciona; y lo más sorprendente, se sobrepone a un condicionamiento tan elaborado como dicen en la película que era. Al final Salt queda el libertad, muy a la Bourne con la meta de aniquilar a todas aquellas malas conciencias que estén involucradas en acabar con el Nirvana gringo y con aquellos engranes del sistema soviético como la KGB o grupos como el de ella.

Las actuaciones están de acorde a la película. Angelina Jolie como Salt emplea la misma personalidad de Sr. y Sra. Smith agregándole un toque de más mala actuación. Resultado: actuación nada convincente. Liev Schreiber como el agente Winter para mí fue lo más rescatable. Y no porque me haya sorprendido el giro final. Más bien es el hecho de que Liev tiene muy bien manejados los personajes de cuello blanco; ya sean ejecutivos, burócratas, diplomáticos, etc. por lo que sus interpretaciones resultan convincentes.

En conclusión, Salt es una churrazo demasiado tostado. Para los amantes de las películas de acción, balazos, chichis y sangre esta cinta definitivamente los dejara decepcionados y aburridos. En la escala láctea recibe una evaluación relativa de 6. En castellano esto se traduce como: “Solamente vale la pena verla de a grapa, es decir, que te inviten a verla, que llegues accidentalmente o te lleven al cine. No vale ni los 5 pesos del DVD.”

Esta película es una oda a las películas de acción de los ochentas. Muchas balas, muchas explosiones, mucha sangre y héroes fortachones, a excepción de Jet Li. Todo lo que cualquier fan de las películas sin trama y nula capacidad histriónica podría querer. ¿La trama? Un grupo de mercenarios toma una misión que cambia en el momento en que el ruco de Barney decide salvar a una dulcinea en peligro a la cual recién conoce. Al final mata a todo un ejército y rescata a la chica.

Las actuaciones son malas. Esto se deduce por lógica y se corrobora en pantalla. Sin embargo el hecho de que Sylvester Stallone haya reunido a algunos ruquitos amigos suyos (Arnold Schwarzenegger, Dolph Lundgren, Mickey Rourke) y otros más vigentes (Jet Li, Steve Austin, Jason Statham) hace de esta cinta algo divertido. Y no porque su interpretación sea tan mala que el gore que posee esta película te haga carcajearte más bien es ver pelear a Drago y a Romeo es entretenido. Incluso cuando Steve Austin se enfrenta a Couture y a Stallone el ambiente se vuelve animado pues uno imagina como se hubieran visto estas escenas o la misma película si nuestros adultos mayores la hubieran filmado hace 20 años.

En conclusión, Los Indestructibles es una película de acción de la vieja orden para pasar el rato. No aporta nada en ningún aspecto y sirve para ver como Stallone sigue intentando mejorar como director así como para ver a los viejos ídolos de acción. En la escala láctea esta cinta recibe una ruda evaluación relativa de 8. En castellano esto se traduce como: “Palomera. No hay expectativas que romper. Una hora y media de balazos, golpes y sangre.”