
Película que se ubica unas décadas en el futuro y cuenta como las aldeas virtuales han adquirido tal poder que se han vuelto un nuevo núcleo social. Para esto los usuarios requieren ser inyectados con una dosis de nanobots que suplantan a las neuronas para realizar la conexión wireless con la comunidad virtual y así ser quien no se puede ser en el mundo real. Sin embargo el defecto o cualidad que tiene esta tecnología es que se puede controlar la voluntad de las personas. Sabiendo esto el creador de la tecnología la aplica como campo de pruebas en un juego llamado Slayers. El cual es un shooting en primera persona como los hay hoy en día (Gears Of Wars, Halo, etc.) con la diferencia de que el personaje que se controla es real, un asesino que pelea por la condonación de su pena. Dentro de Slayers nace un favorito, Kable quien requiere ganar un par de combates más para obtener el perdón. Pero Kable está prisionero injustamente y los conocimientos acerca de los secretos del emporio que maneja Slayers lo hacen un personaje clave. Al final el bueno gana y el malo pierde.
La ambientación de la película está bien en la parte que se supone es el juego, ciudades devastadas y solitarias donde los comandos desarrollan sus batallas a morir. Sin embargo esto se extiende a una distopia postnuclear o algo semejante pues la tecnología informática está desarrollada mas la sociedad se encuentra en pobreza o falta de un nivel de seguridad social visible. Visualmente el film es atractivo para las personas que gustan de los juegos de disparos pues el cambio de tomas y la incursión esporádica de miras y barras de estado (elementos básicos de este tipo de juegos) lo hacen muy fiel a los engines del género de juegos antes mencionado.
Las actuaciones no son un arcoíris de emociones o mínimo de desarrollo dramático de la más simple escuela shakespeariana aunque como película de acción-ficcion podríamos decir que cumple el cometido. Gerard Buttler como Kable reinterpreta una vez más al rey Espartano, Leónidas. Amber Valleta como la esposa de Kable pasa sin pena y sin gloria al ser poco trascendente su desenvolvimiento. Kyra Sedgwick como la reportera o periodista Gina Parker igualmente resulta más un relleno que un pivote en la historia. Michael C. Hall como el malvado Castle se queda corto. Ya sea por la carencia de recursos histriónicos o el mal guion pero este malvado en comparación a Megatron, el Comandante Cobra e incluso Gargamel son villanos mas atractivos y en ocasiones escabrosos que esta burda personificación del mal.
En conclusión, Gamer es una película cuya base de ficción son los videojuegos y que pretende dar una visión futurista de la tecnología sobre la humanidad. Sin embargo Gamer queda muy lejos de ser representante del movimiento ciberpunk y mucho más lejos de innovar y proponer pues el efímero guion reposa en la dosis visual de violencia real ficticia. En la escala láctea Kable y compañía obtienen un score de 7. En castellano esto se traduce como: “Buena opción palomera para un domingo en casa. Representa un gasto más que una inversión el ir al cine a ver la versión 300 en el futuro.”

Tarantino en esta ocasión nos transporta a un else world donde un comando encubierto logra dar matarile al tercer Reich, Hitler. Obviamente veremos violencia aunque no tanta como la que cualquiera puede esperar de una cinta ubicada en la segunda guerra mundial. Más bien es un cuento de época contado al estilo Tarantino es decir, manejando ciertos contrastes que van de lo serio a lo ridículo o de lo dramático a lo inverosímil. Aunque finalmente la trama es un completo absurdo el ritmo de la cinta resulta dinámico pues las casi dos horas de duración son ligeramente perceptibles.
Las actuaciones en lo personal me parecen bien elaboradas y dirigidas. Brad Pitt como el Teniente Aldo Raine es un gozo. Pues la interpretación es evidentemente una parodia a cualquier mando militar. Christoph Waltz como el “Cazador de Judíos” Coronel Hans Landa igualmente resulta en la evocación de la rectitud y eficiencia típica alemanas. En fin, el resto del elenco realiza una muy buena labor.
En conclusión, Bastardos Sin Gloria es una película que como todo lo del pobre Tarantino siempre genera sentimientos encontrados. Para unos podrá ser una cinta ridícula donde abunda la sobre actuación, para otros la dirección y el guion pueden ser su peor enemigo aunque para otros puede ser un buen cuento basado en una realidad alternativa. Como sea, los Bastardos Sin Gloria resultan ser una película que hay que ver. En la escala láctea esta cinta recibe una evaluación alternativa de 10; sin embargo en este universo obtiene un 8 (me gusta Tarantino lo que le otorga un +0.5). En castellano esto significa: “Si no hay algo mejor que ver es una buena inversión en tiempo y dinero aunque mejor antes de realizar el gasto fuerte recomiendo verla en casa. Consulte a su pirata favorito.”





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