La trama se ubica en alguna parte de la tercera y cuarta película. Pues Jigsaw ya esta muerto y el imitador es ni más ni menos que el detective Hoffman. Pero a diferencia de Jigsaw quien realizaba estos juegos con el afán de enseñar, Hoffman lo hace para castigar mediante la muerte. Mas falla en su intento de matar al detective Strahm quien a su vez se afana en saber porque Hoffman sobrevivió de manera misteriosa y se dedica a realizar pesquisas de los asesinatos de Jigsaw y del pasado de Hoffman. Al final Strahm confirma sus sospechas acerca de Hoffman y decide capturarlo aunque resulta una trampa al estilo de Jigsaw y es el quien es capturado y eliminado.

Las actuaciones siguen la tendencia de las películas anteriores. Es decir pretenden expresar miedo, pánico, ira y confusión sin lograrlo. Es triste ver como los actores se conforman con gritar haciendo muecas que realmente intentar sentir lo que el personaje debe proyectar. Todo el tiempo parece ser que tienen dolor de estomago, diarrea o la personificación de un berrinche de un bebe. Claro es que la dirección de arte tapa al mero estilo de bacheador de la ciudad de México estas imperfecciones con efectos sonoros (explosiones, sierras, arcos eléctricos) y música incidental con alto volumen para de alguna manera ayudar a las malas actuaciones.

Los efectos especiales jamás han destacado en este género. Las decapitaciones, mutilaciones, explosiones y demás elementos empleados para infligir miedo son las mismas de siempre. Son buenas pero ya tan vistas que provocan bostezos en vez de espanto.