La trama básicamente nos cuenta como Dennis, un joven adulto se arrepiente de casarse en el último momento. Dejando plantada a su novia embarazada. Tiempo después Dennis mantiene un estilo de vida sumido en la mediocridad y en la falta de responsabilidades. Sin mencionar que ha engordado considerablemente, no a un grado de Charly Valentino pero si se ha deteriorado su figura. Como padre responsable mantiene contacto con su hijo Jake con quien entabla más que una relación de padre una relación de amigo. Y cuando todo parece ir igual que siempre en su vida, Dennis se entera que Libby, madre de Jake, se encuentra en una relación amorosa con un apuesto ejecutivo, Whit. Siendo que Whit representa todo lo que Dennis no es, se establece entonces una competencia entre ambos que lleva a Dennis a inscribirse en un maratón. Considerando que Whit entrena regularmente y Dennis solo tiene unas semanas para entrenar, el panorama indicaría que es caso perdido el terminar la carrera para una persona tan poco preparada como Dennis. Sin embargo al final Dennis se sobrepone a sus miedos y complejos logrando así terminar la carrera y dar un giro a su vida.

Las actuaciones no son para el Oscar mas tampoco rompen el ritmo de la historia. Simon Pegg como Dennis realiza una labor intrascendente. Sus escenas cómicas son sobreactuadas, además de ser mal dirigidas, y su pantomima igualmente es tan pobre que no convence. Thandie Newton como Libby intenta proyectar el conflicto interno entre su amor y decepción hacia Dennis. No es el mejor de sus trabajos pero tampoco se hunde. Hank Azaria como el ejecutivo metrosexual Whit hace una buena labor al proyectar la personalidad presuntuosa y altanera de forma convincente.